lunes, 16 de febrero de 2015

Las cinco del viernes. Todos los de enero. ja.

Cuando eramos niñas mis padres nos hacía duchar por la noche pues somos tan remolonas y teníamos una ruta que pasaba a una hora tan inmisericorde (5:50Am!!) que el mejor negocio era bañarse de noche y casi poner el uniforme sobre la pijama. Recuerdo que cuando existió la hora Gaviria nos metíamos a bañar a las cuatro y cincuenta de la tarde; es decir: faltando diez minutos para el corte de luz!! (teníamos ducha eléctrica). Diez minutos nos bastaban para quedar las dos bañadas. Creo que ahora esto sería una proeza imposible para mi hermana. Para mi, especialmente si es invierno.

Luego, cuando estaba por ahí en quinto que tenía unas compañeritas muy adolescentes, me empezó a dar pena eso de bañarme por la noche y nunca llegar con el pelo mojado así que poco a poco inicié la transición para la ducha mañanera que se estableció totalmente al llegar al bachillerato.

En general soy mega-rápida. En general GENERAL. Como rápido, escribo rápido, lavo loza rápido, hago chichí rápido y hablo rápido. Ergo, me alisto rápido salvo que sea día de lavar el pelo (periodicidad actual: dos veces por semana -lunes y jueves-) porque me gusta echarme shampoo dos veces, pasarme el peine y refregar las zonas curvas del cuerpo para que salga piel muerta (como debajo de los tobillos, en los huesos provocados por las clavículas, etc).

Soy una promiscua de los shampoos y jábones. Cuando era mi mamá pagando exigía una marca específica (normalmente la que mi hermana imponía) ahora que pago yo, tengo un sólo criterio: el más barato del supermercado. Y sí, eso ha significado lavarme el pelo con Shampoo IKEA de un euro el litro. Y no, no he notado diferencia, ni se cayó, ni se secó, ni se achicopaló. Creo que, salvo casos específicos, la salud general es la que hace el cabello más o menos bonito, no los shampoos caros.

Cuando tengo baño largo y es mitad del día (no el baño rutinario de por las mañanas antes de salir) me encanta poner música mientras me ducho. He dejado un poco el hábito porque la batería del sistema de sonido está medio dañada y siempre que alisto música se muere al instante que entro en el agua y me frustro.

Por estaciones mis hábitos son:

Verano: Dos duchas al día.
Primavera-Otoño: Una ducha al día por la mañana salvo domingos.
Invierno: Ducha día de por medio.

Nunca me he lavado los dientes en la ducha. Además si uno se suele bañar antes del desayuno, luego le toca desayuno con sabor mentolado? y luego se los lava otra vez antes de salir???

Acá la gente se suele bañar en invierno por la noche. No sé si en el resto de las estaciones también. Es muy entendible porque como las casas no tienen calefacción central, bañarse significa PASAR DEL AGUA CALIENTE SABROSA a ESTAR HÚMEDO EN UN FRÍO INGREME. No lo recomiendo, en serio.


Y al igual que Lilian puedo decir: "Pero luego cuando llegó el invierno y empezó a hacer más frío y tuve que empezar a secarme el pelo con secador (tuve que comprar un secador por primera vez en mi vida porque me daba miedo que se me congelara y se me cayera!), ahí empecé a bañarme por la noche únicamente. Después de todo, con el frío no sudo nada en las noches y al día siguiente cuando amanece haciendo -10 grados no me dan ni un poco de ganas de meterme a la ducha."





1 comentario:

Andrea dijo...

Como madrugábamos cuando estábamos en el colegio, yo francamente no se cómo hacía porque ahora para mi es muy difícil levantarme antes de las 8 am, 7.30 con toda la furia.

Qué suerte que tu pelo no demande ser lavado todos los días como el mío, eso me hace demorar horrores en la ducha y luego secándolo todos los días.

La hora Gaviria, ni me acordaba de eso!!! Ah, y no sabía que existía la palabra remolona.