domingo, 16 de noviembre de 2014

Raquel.

Cuando conocí a Raquel hablaba un correctísimo españolete aligerado. Te dabas cuenta que no era hispano parlante nativa pero no podías identificar de dónde provenía (yo sigo manteniendo mi teoría de que el portugués de Portugal no tiene ningún letra o cantadito que permita reconocer su prescencia inmediata cuando hablan otros idiomas).

Su español me pareció menos correcto cuando lo vi escrito. Quedé horrorizada cuando vi cosas como estava o livro. Con el tiempo descubrí que esa es la grafía portuguesa para esas palabras y quedó excusada.

De tanto compartir casa y cama conmigo, su españolete aligerado se perdió y va encaminado hacia un excéntrico colombiano. Además del cantadito que imita bastante bien (aunque le sale algo avenezonalizado) tiene cierta fascinación por las palabras muy locales.

A mi resulta gracioso porque no siempre las usa correctamente (extractos de conversaciones)


- Tengo que comer algo ya! Si no, me va a dar la chiripiolca y me voy a desmayar!
- La CHIRIPIOLCA? quedrás de decir un PATATÚS.
- Ese, ese. De cuando a uno le da algo y se desmaya o se muere.
- Bueno...  entonces espatatús. También puedes usar soponcio. La chiripiolca es cuando haces algo que los que estaban a tu alderedor no estaban esperando, cuando enloqueces.



- Tengo que comprar tu regalo de cumpleaños. GUÁCALA!
- GUACÁLA????????????????????????
- Seee... no?
- NO. Guácala expresa asco. Te da asco comprarme un regalo de cumple?
- Ahh no.
- También puedes usar guácatela. Pero yo poco uso esa palabra, de dónde la sacaste?
- No sé.
- (nota mental: creo que de mi madre).


- chufli!chufli!
- CHUFLI???????????
- Sí, la que me enseñaste el otro día.
- Ahh, chanfles. Pero bueno, ya le cogiste el truco. Las palabras muy lucales siempre son graciosas y suelen llevar una ch.


Y así. Entonces ella tiene chucha, no encuentra las vainas y en algunos momentos es capaz de llamarme "mami".

No hay comentarios.: