Con madre ansiosa, el celular llegó temprano, tempranísimo. Años antes de que fuera un objeto utilizado cotidianamente y quinquenios antes de que fuese barato. Teníamos una panela Nokia de Celumobil (era así?) que nos turnábamos según las circunstancias de incomunicación. Yo tendría unos 12 años y recuerdo ser la única del colegio con celular (los otros padres eran menos paranoícos o tenían menos dinero para dar aire a sus paranoias).
Mis amigas, hijas de padres y madres intensos y controladores, lo veían como un objeto más para coartar su libertad pero, como mi madre siempre fue muy razonable en términos de permisos y horas de llegada (sólo pedía que nosotras fuésemos también razonables en lo que pedíamos) el celular era y es simplemente un tranquilizante. Una llamada para decir "sí mamá, estoy bien, ya llegué".
Por eso, siempre contesté porque sabía de antemano que no me iban a enloquecer con preguntas (dónde estoy, con quien, qué hacemos, etc) ni me iban a decir que me "fuera derechito" para la casa. Eso sí, siempre tenía que determinar de qué forma iba a ser mi regreso a casa (que era, al final, lo que más les preocupaba).
Lo aburrido del celular era la posibilidad de robo (recordemos que podían costar unos buenos $200.000 de la época y el minuto andaba alrededor de los $1000). Porque me robaron tantos tantos que perdí la cuenta. El primer -y peor robo- fue con cuchillo a la cintura a la salida del colegio. Luego siguieron varias sacadas de la maleta y quizás uno que yo dejé caer de un bolsillo sin percatarme de ello.
Pero mi madre siempre volvía reponerlo rápidamente. Su tranquilidad vale más que cualquier cosa (dice ella). Por ahí para cuando tenía 16 ya casi todos teníamos celular, pero -otra vez- yo era la niña diferente porque al contrario de mis compañeros no tenía prepago (acentuando la función de celular como objeto para el control, está ahí sólo para que yo -papá- te pueda llamar, no para tus comunicaciones en general) sino celular con plan mensual de minutos (tan mimada que siempre fui :P) y, desde ahí, hasta terminar la universidad siempre fui la receptora de llamadas perdidas de todos mis colegas y amigos.
Pasamos de celumobil a comcel, de comcel a moviestar, de moviestar a tigo, de tigo a telefónica y ahí me fui de Colombia. Curiosamente, luego de ser la adolescente con los últimos aparatos (tuve un Samsung slim cuando la norma era el nokia 5700) a partir del Nokia 1100 (el primero con linterna) me radicalicé en que la función del celular es hacer llamadas y no he vuelto a salir del aparato más barato del mercado (además, con mi potencial para perder/dejar caer/ahogar teléfonos no quiero pasar mi vida cuidando aparatos). Una alumna mia se burla y dice que yo tengo un tijolo (ladrillo). Yo lo quiero porque tiene buena señal, supera sin problema caídas de dos pisos y la batería le dura más de tres días (Ja!).
En consecuencia, no me gustan los mensajes de texto (salvo para datos puntuales) porque como tengo celular panela tengo que escribir LETRA POR LETRA y me cobran mensaje por mensaje. Así, algo que podía ser
* resoluta orden fraterna.
2 comentarios:
pones las preguntas? prometo contestarlas este fin de semana y ponerme al dia
Lo siento, no me puedo abstener de este comentario. Que le pasó a su impecable ortografía y gramática?? Espero que sea excusable en que no está leyendo mucho en español. Son dos errores impasables: En el post de los muñecos, la figura fantástica se "hecha encima". Y en este post, "puede ser resolvido"?? Favor corregir!!
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