domingo, 4 de abril de 2010

Estoy por creer que, o el mundo decidió dejar de dar uso al reloj o, yo tengo el mío una hora adelantado, o dos, o tres.

Tengo clase de ballet a las diez y comienza a las once (y por supuesto todo el mundo -menos yo- llega entre las diez y media y las once). Llego a pensar que me equivoqué de hora, pregunto y, con toda naturalidad la que llegó a las once me confirma que sí que era a las diez.

Le invito a desayunar (ojo, a d-e-s-a-y-u-n-a-r) a las once de la mañana y llega a las dos de la tarde (...).

Nos ponemos cita a las cuatro y, a las cuatro y media (ante mi llamada) me dice que ya "va saliendo" que se demora "diez minuticos" (que se convierten en treinta y cinco).


eso, o nací en el lugar equivocado.

dios mío dame paciencia.

No hay comentarios.: