viernes, 20 de junio de 2014

Cinco del viernes 20-06-2014

i. Parte favorita del cuerpo.

La genética me favoreció con unas pestañas fantásticas. Largas, espesas y naturalmente onduladas. Ergo, no sé de pestañinas ni de encrespadores (me produce escalofrios ver a las chicas con pedazos de lata encréspandose las pestañas como si fuesen cintas de envolver regalos).

Por culpa de mi crianza en escuelas de ballet me gustan todos los signos relacionados con la delgadez, ahora que estoy flaquita, me agrada ver mis costillas, los huesitos de la cadera y los que van a dar al esternon bien marcados.

ii. Ver en los otros.
Creo que lo primero que veo es la cara en su conjunto siempre que esta vaya acompañada de un cuerpo promedio. Sólo cuando el cuerpo es llamativo (para bien o para mal) es que recoge mis atenciones. Por ejemplo, unas piernas largas y torneadas me pueden distraer bastante y un cuerpo obeso me va impedir concentrarme en una cara bonita. (el estereotipo del ballet me jodió la cabeza de forma definitiva).

iii. Zapatos
En cuestión de ropa tengo tres momentos.
i. Momento pijama. 50% mi tiempo. Pantuflas o chanclas dependiendo de la estación.
ii. Momento ropa de trabajo. 45% de mi tiempo. Botas de montaña en invierno, sandalias Birkenstone en verano y tennis embotados el resto del tiempo NO INTERESA QUE ROPA TENGA.
iii. Momento vestirme. 5% restante. Es el único momento en que la comodidad no prima y uso los otros 10 pares de zapatos que tengo. Acá si pongo atención a qué zapatos usar.


iv. Producción diaria.
He intentado andar menos descachalimbrada por el mundo pero no lo consigo. El vivir cómoda, abrigada y desaliñada es lo mio.

v. Excesos
Cuando era adolescente gastaba mucho dinero en ropa pero ahora prefiero comprar pasajes de avión y pagar hoteles. No obstante, me parece que los zapatos siguen mereciendo dinero porque, desafortunadamente, suele haber una correlación entre calidad-precio-comodidad. También, si veo una pieza que me apasiona profundamente, la compro sin mirar mucho el precio (porque es algo que ocurre muy de vez en vez).

La última cosa muy muy cara que compré fueron unas botas de cuero que costaban como 450.000 aunque conseguí alguna rebaja y fue una compra buenísima. Tienen unos cinco años, un montón de uso y están impecables. Además son un modelo tan bien hecho que no ha importando todas las vueltas que ha dado la moda en los últimos años que siempre se ven super chic.

2 comentarios:

butterfly9 dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
butterfly9 dijo...

que raro, se me duplicó el comentario y al borrarlo se fueron los dos :(

No volvieron las 5 de los viernes?

Saludos!