martes, 31 de agosto de 2010

y mi madre llega a noche.

se detiene en el escalón, esperando en silencio y con paciencia a que mi violín se detenga.

me mira no sin cierta certeza y, apesadumbrada, dice

-y llegó septiembre.-


septiembre, septiembre.

se destaparán las cartas que decidí jugar hace más de un año.

y lo que es mejor, o peor, me fui all in.

una sola apuesta por mi vida amorosa, vocacional y cotidiana.

comparto un poco el pánico de mi madre.

miedo de sí y de no.
de las despedidas y de las crisis vocacionales.

por cualquier lado, serán cuatro meses difíciles.

meses de nostalgias y dificultadas mientras me adapto a una nueva vida, o
meses de soledades y depresiones mientras encuentro un nuevo plan.

toma aire Lucía del Pilar, que llegó la recta final.

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