se detiene en el escalón, esperando en silencio y con paciencia a que mi violín se detenga.
me mira no sin cierta certeza y, apesadumbrada, dice
-y llegó septiembre.-
septiembre, septiembre.
se destaparán las cartas que decidí jugar hace más de un año.
y lo que es mejor, o peor, me fui all in.
una sola apuesta por mi vida amorosa, vocacional y cotidiana.
comparto un poco el pánico de mi madre.
miedo de sí y de no.
de las despedidas y de las crisis vocacionales.
por cualquier lado, serán cuatro meses difíciles.
meses de nostalgias y dificultadas mientras me adapto a una nueva vida, o
meses de soledades y depresiones mientras encuentro un nuevo plan.
toma aire Lucía del Pilar, que llegó la recta final.
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