que murió en el silencio
no hubo salvadores
me ahogué en lágrimas
en hipidos
me atoré en gritos
se agotaron las lágrimas
el aire se hizo difícil de aspirar
la extenuación ganó la partida
y el sueño trajo alivio
aunque,
por malestar del despertar
sé que aún tengo el espejo en la garganta.
... y aún no encuentro el hilo
2 comentarios:
Y entonces, uno hace historias de cómo encontrar el hilo, y deshacerse del espejo... chévere...
P.D. Invitadísima. Agosto 10, 9:00a.m. pero aún no sé en que auditorio.. :(
Saludos
lo siento... hubiera querido escuchar el grito y buscar contigoel hilo
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