No me resigno a no poder dormir, a dar las infinitas vueltas mientras me pierdo en pensamientos que al día siguiente aparentan ser sueños... y debo correr por mi pluma que se expresa en tinta morada.

Entonces soy sólo cerebro y manos y ... bajo la mirada y no estoy, me oculta la oscuridad y soy sólo pensamientos y sensaciones ... y termino con las manos húmedas y el corazón alterado... vuelvo a mirar y aparecen los contornos... mi pecho, e imagino aquel músculo palpitar debajo, siento mí cuello húmedo, trato de desplegar mis cabellos hacia arriba, oprimiendo mi cabeza en búsqueda de la frialdad ofrecida por la funda de mi almohada, mis manos se hayan aún presas de la humedad, sudan y se refrescan en el espacio aspero de la sábana con las palmas hacia arriba... pero aún sigo insomne, voy por música.. Vengerov irrumpe con Ravel en la elección de hoy, me desgarro con la primera nota, me impresiona, subo con la pieza, me vuelvo público desde la cama, trato de extraerle hasta la ultima expresión, a veces esquiva y siempre inagotable, ofrece y pide mas que un oído atento, pide habilidades maravillosas, sonrío al escuchar los aplausos finales, en mi mente subí al escenario y me alegro.

... y sigo despierta, me levanto y lleno hojas de garabatos morados a oscuras... mañana se hará la tarea de hacerlos legibles, de reorganizar, de tachar, de quitar y poner.