lunes, 25 de junio de 2007

Hoy, mientras me encontraba soñando, me levanté de mi cama y fui por la cámara porque había una imagen que necesitaba captar. El escenario se transformó y me encontraba en una vivienda con grandes ventanales dirigidos hacia los cerros de Bogotá. Cuando yo miraba directamente, en las cercanías se veían lujosos edificios y más allá pobres edificaciones. Pero, al captar con la cámara, a pesar de que yo la enfocara a los edificios de hermosa arquitectura, en la imagen sólo aparecían los pobres, veía miseria en mis imagenes. Intentaba una y otra vez, desde diferentes ángulos, con el mismo resultado. Me extrañaba, pero aún no me encontraba sorprendida.

Luego, empecé a tomar fotos del lugar en el que me encontraba y... al tomarlas, fotografiaban lo que se encontraba detrás mio, detrás de la cámara. Incluso, llegué a fotografiar con mi cámara, la cámara misma, totalmente de frente.

En este punto abandone la cámara, presentí que si continuaba, iba a hacer retratos de personas que no veía.

4 comentarios:

anattolia dijo...

La cámara ve lo que no ves... Cuesta acostumbrarse a su profundidad.

Iván R. Sánchez dijo...

Interesante forma de conciencia.

VICA dijo...

Hay que acercarse, esperar ó buscar, de alguna manera saldrá la foto que deseas. Creo.

anattolia dijo...

bueno, es que las palabras demasiado sinceras no fueron para vos