Stellita es mi profesora de violín. Y la adoro. Ante ella llegué a los trece años e intenté ponerme el violín en la mano derecha. Ella, pacientemente, -en la otra- me dijo.
Es un ser dulce que, por dulce, no deja de ser dominante. Las cosas se hacen así y no de otra manera. porquesoytuprofesorapunto.
Un poco como lo que se supone te pasa con una madre: entre el cariño y la figura de autoridad que representan adquieren un enorme poder.
No tengo queja de su educación técnica. Es inmaculada. Pero, nunca me permitió crear ni arriesgarme a tocar lo que quería sino lo que mi nivel dictaba. La interpretación, restringida a los limites creados por los grandes violinistas (o por ella).
Jamás toques en público lo que no esté perfecto. Diría yo es su lema. Sano cuando de Salas de concierto se trata. Insano, cuando se trata de tocar tus amigos. Insano, cuando se trata de crear.
Ahora, 11 años más tarde. Soy una profe de violín y, al igual que nos sucede con nuestros padres, por supuesto queremos corregir los errores que les encontramos.
Así, sin descuidar la técnica, trato que mi chiquillos (y no tan chiquillos) jueguen. -Cómo te gusta más?.
Ayer pasó algo lindo. Mi alumna dejó los libros en la oficina. No había partituras, improvise!. Convertí su olvido en ejercicio. Me inventé una canción y la escribimos juntas. Yo estoy aprendiendo con ella. Aprendiendo a inventar y a escribir.
Ahora, le tengo "una tarea especial". Con las cuatro notas que manejas, inventa una pequeña melodía, yo te ayudo a escribirla.
Es simple. No quiero mis miedos en ellos. No quiero miedo a crear. No quiero miedo a errar.
1 comentario:
Qué bonito, no dejar transmitir nuestros miedos a ellos, y qué lindo dar cabida a la creación . Beso.
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