domingo, 30 de agosto de 2009

Bueno, lo he sentenciado:

O se acomoda la zapatilla a mi pie, o mi pie se acomoda a la zapatilla. Pero he de bailar. Pronto! con éste dolor no se puede.

No recuerdo cuando fue la última vez que dormí con las zapatillas puestas. Más de cinco años seguro. A mitad de la noche, desesperada y dormida, me las quité. Será que éstas si amanecen? el tiempo apremia.

1 comentario:

Josefa dijo...

ahhhh cuánta tortura!!!