debe ser raro eso de que te presenten tus primos a los 17... ver fotos de tus primas haciendo monerías con menos de 10 años y que te digan "ésta -la que saca ostentosamente la lengua- es médica y ésta - la de la lengua pa'el otro lado- es abogada".
(...)
... y no me imagino la confusión de conocer a dos familias extensas -extensísimas- en un fin de semana; bien le dijo a primo -ya te paso a tu otra prima-... cómo va a saber quien es Liliana, Viviana ó Diana?... si hasta mi abuela se confundía...
y verlo yo, que sólo recordaba un bulto de cobijas con un nené adentro y la tragedia, mucha tragedia alrededor.... a los seis te dijeron -tu tío tuvo que irse a USA porque Juanito nació con el corazón del lado que no era y lo iban a sanar... ahí aprendiste que hasta la izquierda dónde queda el corazón, es asunto relativo... y a tus dos primas les tocó quedarse viviendo en la casa de la abuela, en Ubaté, e ir a la escuela allá... eso te parecía tan terrible, por qué no van al colegio en Bogotá?... luego ellas también se fueron y ahora es tu turno de que te muestren una foto y te digan " ésta es Diana, la mayor, ya terminó la universidad y ésta es Cristina, te acuerdas de Cristina?, recién termina high school"...
te ves entonces frente al salto temporal entre el bulto de cobijas y un chico de 17 años, que chapuzea el castellano y dice I love Colombia, porque acá, a sus 17, ha podido durar tres días bebiendo sin estar incurso en un delito.
comienzas a preguntar y logras reconstruir el espacio entre el bulto de cobijas y el chico... no, me equivoco, más tiempo... a reconstruir el espacio entre una foto de un pequeño ataud blanco y el chico de 17...
esa foto me la encontré curioseando, entre mucho polvo, los albúmes de mi abuela... entre fotos de mi padre recibiendo diploma del cole, mi mamá con mi hermana en la panza, yo en la panza de mi mamá... y un ataud chiquitico chiquitico... supe entonces que ya había habido un primito, también de corazón diestro y (...)
luego llegaron a casa muebles nuevos, nevera nueva.. y no volviste a ver a tu tío Juan (aquel que te enseñó a montar en bici).. todo, todo, todo a la venta para poner el corazón de Juanito en el lado correcto... mi madre cuenta que dejó acá a las niñas con un bulto se lentejas y otro de arroz, nada más... seis meses de alimentación sin falla, monótona pero sin falta.
luego se fueron también las primas de tu edad... supiste luego que al uno lo adoptaron, la otra se "casó" con un residente, pidió a las hijas.. triquiñuelas, triquiñuelas de inmigrantes...
Ahora vinieron a Colombia a cumplir una promesa... con el divino niño del 20 de julio de por medio... porque, a pesar de las lentejas, la escuela pública, la ilegalidad... hay Juanito, de 17 años, chapuzeando castellano y confundido con esa familia tan grande que le tocó.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario