lunes, 18 de febrero de 2008

Miedo. Descubro que colapso fácilmente. Basta un mal día y -bien se desmorona. Veo rasguños de nuevo... sin embargo, no me he podido deshacer del nudo filoso que lástima mi garganta y más allá de mi garganta, mi alma... no he podido convertirlo en lágrimas líquidas, lubricantes ni siquiera puedo mordisquear mis labios... no los siento.

Mierda... odio esperar, me descompensa totalmente -no me demoro... por qué tengo que esperar yo y no él? llegué primero y además tengo cita. Continúa mi creencia de que en vidas pasadas fuí una adicta... -aún sientes? (sorprendido) si... y más anestesia... anestesia que media hora después, no me deja desahogarme en palabras altisonantes contra la maldita burocracia.. no tiene sentido, ni siquiera las entienden.. parezco un bebé que se le escurren las babas mientras balbucea -no me puedo graduar (por su maldita culpa) piensa... el bus mas demorado y feo que de costumbre. Odio los papeles... entre todo se me ocurrió un chiste, escabrosamente real... aquí, para ser abogado, no basta con tener los conocimientos son mas valiosas las mañas de las que me niego a hacer uso... mi estómago me recuerda lo humana que soy... no tiene caso,el alimento no-sabe.

Tengo ira y miedo.. ahogarme en pequeñeces.

A veces no puedo conmigo.

- A veces? Mentirosa.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

a mi también me basta un mal día para que todo se vaya al suelo, basta tener que exponer algo que odio para querer cambiar mi proyecto de vida....
bastan 2 horas de lluvia para no querer volver a levantarme...
basta esta exposición que no preparo para no querer seguir....

Anónimo dijo...

Joe, me ha encantado. yo soy la más mentirosa conmigo misma, aunque creo q últimament menos o me importa menos.

Ya he vuelto. Kiero irme de nuevo

besitos

VICA dijo...

ABRAZOS...

Josefa dijo...

Siempre he pensado que la cita con el odontólogo tiene que ser lo último del día... yo también odiaba esperar a Henrry ;)