miércoles, 16 de enero de 2008

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Cuidado con lo que deseas. Puedes conseguirlo.

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He dejado de poner mala cara al despertarme. No me irrita el timbre del despertador, con todo y timbre que es. Ya, de tanto sueño que tengo, no me dan ganas de llorar. El agua no-caliente en la ducha no se hace suficiente para dañarme el día. Es el mismo timbre, la mismas seis y media am.

Suena. Cuatro timbres, y abandono la esquina superior derecho de mi cama, una visita al baño, algo de agua, alguna fruta y a estudiar. Sin lloriqueos. Sin mala cara.

En mis vacaciones, tenía miedo. Miedo de haber conseguido lo que deseaba. Me asaltaban dudas... que tal no me guste ya, que tal me canse, que tal no pueda... blablablablabla......... PUM!. Comencé. El Miedo. ha muerto.

Me encanta ver violines y saber que uno de ellos, que suenan tan bien, será mio. Será mi función descubrir sus secretos, el peso exacto de la mano, para un sonido dulce...

Son seis horas, siete, ocho... y no se me hacen pesadas.

Empiezo a las siete en punto... temprano. Quizá pueda ir a cine en la tarde o volver a mis libros...
Es delicioso ver como, sin falta, a todos agrada lo que estudias.

Y más, ver la cara de satisfacción de Alejandra -mi alumna-, al completar la pieza sin faltas Esa cara mata la impaciencia.

... y que arribe la noche! no me angustia no poder dormir. Ya no sé de almohadas sudadas, cobijas revueltas y climas dónde hace frio y calor al mismo tiempo. Sólo conozco de los cuatro timbres de la mañana siguiente.

No, no hay sueldo de magistrado que pague despertar sin lloriqueos.
No quiero huir. Me gusta donde estoy.



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3 comentarios:

Y. dijo...

Es estupendo esa sensacion, de que aunque tengas q hacer "sacrificios!" como despertarte pronto, estudiar mucho... pero q lo haces con ganas. :)

Mil besoss!!

Leonardo de Valdivia dijo...

si yo tuviera que definir a un escritor, lo definiría como un HIPNOTIZADOR GRAFICO; en efecto, poco a poco el encanto de las palabras dse apoderan de nosotros como del cerebro de un licor fino, vamos sin darnos cuenta, deponiendo nuestras defensas racionales y no nos damos cuaenta de quedar atrapados. Príncipe Nelson.

VICA dijo...

Me encanta tu felicidad...
Un abrazo!