Hoy me imaginé llena de compartimentos, desordenados, abiertos indistintamente tal y como dejo las gavetas de la cocina, intercalados entre polvo, telarañas y brillo de los mas cuidados.

Refundo mis ideas con imágenes de Allegro, cajas por doquier amontonadas en un orden no entendible, vacías, por llenar, de contenido desconocido. Unos pocos tienen clara ubicación y función... limites difusos, enmarañados...

En los que tengo conocimiento, se incrustan nombres, palabras ... son representaciones de cosas, unas con fuertes tenazas otras blandas, gelatinosas. Hay compartimentos con candado, cadenas corroídas, oxidadas, que da miedo destapar... otros tan difusos que no son capaces de guardar, de memoria esquivas parecen gases, se esparcen por mi cuerpo difuminándose hasta desaparecer.

Les cabe todo, parecen de esos bolsillos de personaje de tira cómica donde salen objetos sin respetar leyes físicas de espacio y tiempo, incluye elementos desgarrantes pero también hay hilos de colores reparadores de heridas...

Uno sobresale de los demás, ha sido pocas veces llenado y nunca lo ha sido por completo... tenía un nombre incrustado, su ubicación se reparte entre el centro de mis senos y la unión de mis piernas, pero es tan poderoso que permea todo el resto... tenía un nombre incrustado, fue brillante, fue putrefacto.. llevaba tiempos pugnando por salir, creía yo que ya se había trasteado, con sus maletas, con sus juegos a otra parte, pero se le quedaron objetos, dos letras de su nombre se rehusaron a salir, ocupando espacio que no les correspondía, alguien las descubrió por mí... huyeron y el trasteo quedó completo, más alejado de mis senos, más cerca de mi cabeza pero en la parte trasera de ella, presiento que se enfila hacia la salida.

En consecuencia, ese compartimiento quedó vacío, y por vacío, de libre acceso...
entrada abierta... atrayente? No lo sé... se asoman iniciales, cabezas de rostro definido sin atreverse a entrar... de una, alcancé a ver unos pies, dos piernas, una cabeza inmensa, brazos y manos geniales, pero hubo un problema, no me dejó ver su corazón...

Algunos asustan por omnipresentes y, a la vez, por exigentes... demandan, demandan... crecen con las atenciones, sus tenazas profundizan la mucosa de mi estómago, cuando los dejo ir, dejan un desagradable vacío en mi estómago y clamo porque vuelvan... se llenan principalmente de efímeros sonidos.

... tengo un cajón de los sueños, que, por sueños, volátiles ... violan cerraduras y brotan por las rendijas, por ratos los veo reunirse fuertes haciendo lobby en el departamento de planeación... algunos son descubiertos y vuelven a ser enviados.

Quedan más... sólo que ahora....... son estos los que me distraen, por los que me asomo de puntillas y a veces a saltitos...